jueves, 24 de noviembre de 2022

CÁLIZ

 CÁLIZ 

 

Tú querías un vestido blanco

con tren bordado infinito 

y un viaje igual de largo 

en el que acostumbrarte a vivir

en brazos de un amor único,

mientras lamíais rodajas de luna

mojadas en miel.

 

Tú soñabas con beber champán 

enlazada a su brazo,

en el escenario preparado

por la wedding planner,

aplaudidos por los invitados 

cebados con perdices escabechadas,

criadas en granja industrial.

 

Tú, segura de que él te llenaría la vida,

le cediste la tuya al compás de la epístola: 

el amor disculpa sin límites, espera sin límites,

soporta sin límites.

Ignorabas la existencia del desespero, 

que hasta un cáliz se desborda

y que hay límites insoportables.

 

Tú no sabes cómo acabaste en el suelo

junto a la copa rota y las burbujas muertas, 

el champán sabiéndote a sangre y 

con moratones por collar.

Desde entonces vas arañando las paredes

hasta el puro ladrillo 

buscando un sagrario para desprenderte del cáliz.

D. W

 

 


 

 

 

 

 

 

 

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