sábado, 2 de octubre de 2021

APPLE GATE

 APPLE GATE

Vuelvo empapado y sucio del trabajo por culpa de la maldición bíblica que me condenó a “ganarme el pan (es un decir pues aún no estaba inventado) con el sudor de mi frente”. Lo de Eva fue peor, haciéndola sangrar cada mes y parir con dolor en un tiempo tan lejano al tampax y la epidural, con el agravante del “creced y multiplicaos”. Aun cuando deje en mal lugar a mi sexo he de decir que a este Dios se le nota que es macho.

Por mis palabras habréis deducido que soy vuestro “primer padre” Adán, que pasé a la historia por calzonazos al hacerle caso a mi mujer y comerme la manzana que me ofrecía. ¿Y que quería el Creador que hiciera, desairarla? me hubiera dejado esa noche y no se sabe cuántas más sin coyunda. Y dos tetas pueden más que dos carretas o dos arcángeles matones armados con espadas de fuego. 

Os digo también, hijos e hijas, que vuestra santa madre Eva no fue mi única esposa. En principio Dios creó, a mi par y del mismo barro, a una mujer guapísima experta en hacer las más deliciosas desvergüenzas (que entonces no eran tal porque desconocíamos el pudor). Es cierto que Lilith, como así la llamó el Jefe, resultó peculiar. Era feliz montándose a horcajadas en el lomo de los ángeles más picarones, sobrevolando el Paraíso Terrenal mientras restregaba su hendidura con las alas hasta llegar a un éxtasis que, al parecer, yo no sabía proporcionarle. Como los celos estaban por idear no se lo tenía en cuenta, al revés, la sabiduría adquirida la gozaba yo.

Acabó abandonándome por aburrido y el Señor dijo aquello de “no es bueno que el hombre esté solo” esperando a que estuviera dormido para extirparme una costilla y fabricar con ella otra hembra más afín a mí.

Eva salió sumisa y para una vez que erró ¡zasca! No estuvo bien, nada bien tan desproporcionado castigo. Hoy le hubiéramos puesto al mister una denuncia por desahucio improcedente.

 

Luego vino lo de Abel y Cain que nunca superamos, este se largó con la demoníaca tribu de Lilith a poblar medio mundo. Nosotros engendramos a Set, Awan y Azura y entre los cinco repoblamos el otro medio. Así que cuando oigáis decir que todos sois hermanos creedlo. Yo viví novecientos treinta años y estuve retozando con mis tataranietas hasta que dejó de levantárseme, allá por los ochocientos. Eva murió mucho antes y sin dientes por mor de tanto parto.

Ella fue quien puso nombre a los demás animales pues en esto del lenguaje me superaba, diga lo que diga Bob Dylan. Años después, con la construcción de la Torre de Babel por si los diluvios, el Creador tuvo otro cabreo con la humanidad y nacieron las escuelas de idiomas. Pero eso es de otro cuento.

 

Es hora de que sepáis la verdad sobre la expulsión: Serpiente era la más lista de todas las criaturas y Eva dedujo que podría ser por saborear a escondidas las manzanas del único árbol prohibido (aclaro que nadie se comía a nadie en aquel Jardín y no pasábamos hambre, pero ¡ay, la atracción de lo tabú!) No bien vuestra madre dio un mordisco empezó a cuestionarlo todo. Preguntó a la ofidia por el origen de Dios y el motivo de deberle sometimiento y esta la puso al tanto de que se había construido este planeta para mangonearlo después de que en el suyo suspendiera las oposiciones a Deidad Subalterna. Se lo había chivado, tras una noche loca, un Serafín miembro de la corte celestial.

El Señor impidió que su reputación quedara manchada desacreditando a Serpiente, maldiciendo su lengua con la bifurcación que le privaba del habla, además de condenarla a arrastrase (antes se desplazaba de pie y tenía manos). A Eva la calló cargándola de inseguridades y dolores y a mí me puso en el gaznate el perenne bocado de la fruta para que no olvidara serle dócil. El signo pasa de hombre a hombre sin tragarse jamás por más vino que bebamos para empujarlo.

Hijos míos, si alguna vez nos habéis maldecido por ser los culpables de perder el Paraíso poneos en mi lugar, no en vano se llama adanes a los varones que somos un desastre. Eva solo quiso ampliar miras y menú y aún lo está pagando.

Dela Uvedoble

#HistoriasDeLaHistoria

#Zenda

 


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