domingo, 12 de septiembre de 2021

COSAS DE CRÍOS

 COSAS DE CRÍOS 

   —Soy una niña-afortunaaa-da

porque mis padres son muy buuuue-nos…

    —Y muy simpáticos tam- bie-en. -Su hermano completa la cantiña inventada. Botan sendos balones acompasando cada empuje de la mano con la letra. Al chico le da igual que “niña” no sea el genérico del español.

Su madre sonríe. Están en la terraza porque dentro no se soporta el calor. Con dedal y aguja esculpe una montaña de ropa cara para amoldarla a sus dueños. Va apurada y se pincha. Envuelve el dedo en un retal. Si estropea la prenda no habrá más encargos.

Cada mañana la sorprende el sol preparando el almuerzo; el marido lo toma en el trabajo, no llegará hasta tarde y aprovechará la luz que regala el solsticio para ir cambiando las ventanas, tiritañas ante el viento, por unas de aluminio que ha conseguido baratas. No son a medida, los dinteles necesitan ajustes, pero harán más amable los inviernos.

Los chiquillos desgranan los meses de verano en la balconada, entretenidos el uno con la otra formando un clan de los cinco con tres perrillos. Hace algunos veranos fueron de vacaciones a Rumanía; los abuelos maternos les regalaron el viaje y pudieron conocerse. Los fines de semana, a veces, van a la playa o al pueblo de los otros abuelos, los del papá. Vuelven cargados de fruta y dulces de sartén.

“Soy una niña-afortunaa-da…” -siguen cantando las voces, blancas aún.

D. W

*La pobreza en España afecta al 28% de los menores en España.

Fuente: Save the Children.

 



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