miércoles, 7 de abril de 2021

ASÍ

 ASÍ

Bullendo el caldo prendo palabras en el mandil. Mientras seca el suelo las despego, sitiada en una baldosa, para no pisar lo fregado.

Con manos que huelen a mistol las aplano, igual que un día de plancha hago con el vestido y la camisa y el mantel, santo porque cubre el altar donde nos alimentamos.

A vueltas de lavadora reagrupo los verbos, remetiendo bien sus puntas como al hacer la cama.

Limpiar la bañera, sarcófago frío que llenamos de agua caliente, me recuerda que los textos deben brillar sin estorbo de adjetivos. Hasta en la tila nocturna y casi clandestina disuelvo los acentos que endulzan el deje.

La tara de extasiarme con papeles en blanco o atiborrados de pensamientos ajenos, sin una sola foto en color, pudiendo pasar el tiempo al modo de  las buenas mujeres, eviscerando a las ausentes como después, presurosas ante el advenimiento de la prole, harán con el pescado. 

Literatura de sartén y aspiradora, MissLabores, doña Sísifo; sin otro título que acredite la osadía. 

D. W



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