JARREANDO
Así se dice por aquí cuando llueve desaforadamente, con ansia de que el agua arrastre, destruya y aniquile, olvidando su función de engendrar vida.
Hoy cae del cielo un remake del Diluvio Universal, a salvo estamos los que tenemos Arca y hornilla donde calentar un caldo; un edredón con que taparnos, una bañera para entrar en calor.
Tengo el sonido de la lluvia dentro de la cabeza, para mi no es amable ni bonita, me anuncia que muchos no pueden esquivarla y van a empaparse hasta los huesos. Poco debe tardar en parecer galleta mojada una caja de cartón, pesan como un pecado las mantas mojadas. Algo incorrecto habrán hecho para verse así, sin nada, despojados hasta de un lugar donde dejar los huesos, o eso dicen quienes los ven desde sus coches o pasan presurosos a su lado, sin pararse, que la miseria y la mala suerte se contagian más que cualquier virus.
No hay decencia, no la veo cuando miro a izquierda o a derecha. La vergüenza tampoco aparece, no cabe en los estómagos agradecidos. Pero yo si la tengo y mucha, de ser una in-humana como ellos, y culpable por acostarme esta noche, limpia y dentro de un camisón planchado que huele a jabón.
Odio los días lluviosos, me aterroriza el viento zumbón, pederasta, que violenta a tanto inocente. No tendré paz jamás hasta no convertirme en piedra o morirme.
Contarán los fallecidos cuando pase el temporal y hasta el Ayuntamiento les pagará un entierro, valemos más muertos que vivos.
Bajo los coches, en aceras y portales, amarrados a casetas inmundas, desterrados de los portales y los jardines privados, igualmente hay animales que sufren. De ellos aún menos se preocupan; los barrenderos recogerán impasibles los pequeños cuerpos yertos. Sus vidas, ni siquiera las siete juntas, valen nada.
No entenderé jamás, por mi poca sesera, que haya vidas de segunda y de tercera en nuestro perfecto primer mundo.
.D. W
te leo desde la madrugada de mis sueños Good night bonita tu entrada
ResponderEliminar¡Ojalá nadie tuviera que escribir cosas así!.
ResponderEliminarYo también escribo de madrugada, nuestros sueños, o nuestros insomnios, quizá se encuentran.