AUSENCIA ABIERTA
La rosa malhadada sigue siendo bella para el jardinero mas con dolor la corta, es preciso para que el rosal siga creciendo.
La deposita, junto a las demás flores yertas, en un lecho compactado y allí amalgaman el néctar que nutre a quienes las añoran.
En la naturaleza todo es circular, nada se pierde. El amante encuentra a su amada en los idénticos pétalos de sus vástagos, en la tenue estela de su perfume inolvidable.
La condición mortal nos ciega, negamos todo lo impalpable pero sigue aquí encarnada en lluvia o viento.
Dejarla ir para tenerla cerca es la dura lección impuesta, la más difícil, la única necesaria.
Aunque el jardinero cada víspera ruja como animal herido, buscándola.
D. W
*Para J. F. y su eternamente ELLA.
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