domingo, 4 de octubre de 2020

EL DE ASÍS

 EL DE ASÍS

En 1182 nació, en el seno de una rica familia italiana, un niño que fue bautizado como Juan Bernardone aunque pasaría a la historia con el nombre de Francisco de Asís.

De esta forma dejó clara la renuncia a los privilegios de su rango, convirtiéndose en persona entregada a los demás.

Se dice que Francisco era capaz de entender a los animales entablando con ellos provechosas conversaciones, incluso convenció a un lobo para que no matara a las gallinas de las granjas cercanas. Cuenta la leyenda que las aves formaban sobre su cabeza bandadas haciendo la señal de la cruz; todas las mal llamadas bestias veían en aquel humano a uno de los suyos.

Daba el dulce nombre de “hermano” a todos los organismos pues decía que lo creado por Dios está hecho de la misma materia, también lo inanimado como dejó escrito en su “Cántico de las Criaturas” que no se enfoca en alabar a la divinidad sino en el respeto debido a todos los seres.

Es por eso el patrón de Veterinarios y Animalistas, de los Guardias forestales y de los Ecologistas (menos de los idiotas que, autodenominándose así, afirman que los gatos están acabando con los pájaros, eso lo hacen los cazadores, exterminándolos a miles con sus infames costillas y redes).

La iconografía de este santo es extensa, siempre representado con el sayal franciscano ceñido con el cordón de tres nudos significando los votos de pobreza, castidad y obediencia, con estigmas en las manos y los pies, usualmente rodeado de animales.

Quiero ilustrar este pequeño homenaje a mi patrón con la pintura que de él hizo el Greco. Se conserva en la capilla del antiguo Hospital de Mujeres de Cádiz, siendo una rareza pues la mayor parte de las obras de este autor, con excepción de aquellas que por diversos motivos acabaron en los museos más importantes del mundo, se concentran entre Madrid y Toledo.

El Greco dedicó a San Francisco unas veinticinco pinturas, esta que nos ocupa es especial. La referencia al paisaje es mínima, empleando magistralmente la gama de grises para crear contraste entre luces y sombras, haciendo la obra tan expresiva.

Intuyo que el artista buscó representar de la manera más pura a quien basó su vida en la grandeza de su humildad.

“Hermano Sol, hermano lobo, hermana agua” decía San Francisco.

Nadie debería ser más que nadie en nuestra Madre Tierra.

D. W



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