sábado, 12 de septiembre de 2020

LA CULPA ES DEL BOOGIE

 LA CULPA ES DEL BOOGIE 

Terminó la estrafalaria desescalada y desde entonces todo son trifulcas. La población mundial está dividida entre los que niegan el virus como Judas y consideran que estamos siendo manipulados y los que acatan sin chistar todo lo que mandan los que mandan. 

“Que si tú eres una oveja, pues tú un incívico...” y amistades de años a tomar por saco.

Asisto perpleja al espectáculo. Me da taquicardia salir y encontrarme en un mundo distópico pero décadas llevamos diciendo que nos extinguirá un virus y ahora parece sorprendernos. 

Noto una agresividad en las redes como nunca, cada vez interactúo menos, se ve que quitarle al público el café y la copa en el chiringuito cabrea. 

Salgo de mi casa pocas veces, estiro la compra con cocina de sobras y cuando voy al súper cargo lo más grande para retrasar la vuelta. No por miedo al contagio sino por fobia a situaciones de conflicto. Mis guerras son otras, las energías las necesito para lo importante no para despilfarrarla con altaneros maleducados.

No daré la razón ni a  negacionistas ni a cumplidores, probablemente ambos la tengan en porcentajes ignotos. Yo me cubro por respeto al prójimo y me sulfura ver narices fuera de la mascarilla que muchos llaman bozal. Como insulta el que puede y no quien quiere no me doy por aludida que los muertos no han sido de atrezzo.

Cuando salga la vacuna también habrá discordia. Recuerdo decir a mi abuela “dos españoles, tres opiniones” y llevaba razón. 

Encuentro un anuncio cincuentero que dice que el coñac es mano de santo contra la gripe. El alcohol quizá no mate al putovirus pero nos relajará que falta hace.

Lástima ser abstemia. 

D. W     ( 13/9/20)




2 comentarios:

  1. Siento la misma desazón que tú, pero además estoy también nerviosa, precisamente por ver crecer el odio y las peleas estúpidas, teniendo tanto por hacer. Pero bueno, por lo menos no soy abstemia.😜

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  2. Cuando veo en la tele a la gente tomando una copa de vino me dan envidia, pero nada hija, que me sabe a alcohol de botiquín, menos el moscatel del que tomo un sorbito muy, muy de vez en cuando.

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