domingo, 6 de septiembre de 2020

DIGAMOS TREINTA Y TRES

 DIGAMOS TREINTA Y TRES 

Cada vez que una efemérides da su vuelta al sol se encuentra con los astros en la misma posición que cuando sucedió. Puede que eso sea lo único que confluya. No todos los aniversarios son felices ni rebosan salud o simplemente ya no existe la razón por la que ocurrieron.

Este seis de septiembre daremos el trigésimo tercer paseo estelar desde que nos disfrazamos convencionalmente para prometer sostenernos mutuamente en la penuria y compartir en la abundancia. 

Y aquí estamos, hoy sin disfraz pero con mascarilla, que hasta pandemia nos ha dado la vida. 

Sigo yendo de paquete en tu cuarta o quinta moto, Pepe Ortiz, aunque me cuesta más encaramarme en ella con mi sexto u octavo cuerpo.

Anoche hubo luna llena y roja y hoy vuelve a ser domingo como en 1987. La fortuna ha querido que coincida con el pequeño parto de mis letras, recibido con tanta alegría que no puedo dormir.

Mañana será otro día. No soy de celebrar ni mi cumpleaños ya sabes que me enrabia la cursilada de tartas y cánticos. 

En este año raro, malo, desgraciado y feo como pegarle a un niño cumplimos tres colchones, tres sofas  cuatro mudanzas, cuatro cocinas y una chimenea. Lo esencial para más de media vida.

A ver que nos depara la otra media.

D. W

 

 


2 comentarios:

  1. Enhorabuena por las dos cosas: por tu cuento y por los 33 años de aguantar a tu maromo, como decía mi padre. Yo tampoco soy de festejos, y sin embargo estuve muy contenta de participar en los 300 años de la Biblioteca Nacional de España: hay cosas y cosas y esos 33 años son tan importantes como los 300 de mi biblio,mejor dicho de nuestra biblio.

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