IMPOTENCIA
Abrumados por el terrible calor que nos azota cada cual procura buscarse el mejor alivio, es natural, la defensa de la vida propia es instintiva.
Los mas suertudos tenemos un techo, un ventilador, un trasto que emite aire frío como por ensalmo. Hay quienes no poseen más triste sombra que la de su pobreza.
Hoy leo que un temporero ha muerto de un golpe de calor y que una muchacha ha encontrado muerta en el campo, bajo un sol cruento, a una perra recién parida con ocho cachorros aferrados a los inanes pezones. Para mí ambas son criaturas desdichadas, dos vidas arrebatadas por la codicia y la negligencia de quienes debían velar por ellas.
No me va a importar que me critiquen por comparar persona con animal, mi corazón da de sí para abarcar ambos, mantengo que todos los seres estamos hechos de la misma materia.
Por desgracia hay gente que vive sin conciencia, creyéndose superiores sin pensar que cuando mueran hederán a carroña y se pudrirán.
Hoy tengo más dolor que de costumbre en huesos y alma, escribiéndolo lo voy drenando.
No sé si veremos algún día un mundo menos infame pero ese hombre y esa perra no lo disfrutarán.
Que la tierra les sea insoportablemente pesada a sus asesinos.
D. W. (“Lo asquerosamente cotidiano”)
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