EL HALLEY OCHENTERO
El cometa volvió a gravitar nuestro cielo justamente 75 años y 10 meses después que nos visitara en mayo de 1910.
Se llamó “la noche del Cometa” a la transcurrida entre el 14 y el 15 de marzo de 1986. Rafael Alberti que vio con asombrados ojos de niño su penúltima aparición sobre la Bahía de Cádiz se reencontró con él, ya anciano, en la mágica Tenerife.
Lo mentaba en su “Marinero en tierra”:
“Ya era lo que no era
Cuando apareció el cometa...”.
La ciencia, “que adelantó una barbaridad” se imponía a la superstición y todo giraba, valga la redundancia, en torno a desentrañar la conformación del astro. Aunque alguno hubo que consultara a Rappel.
Muchos científicos concuerdan en asociar el origen de la vida en la Tierra a los cometas y meteoritos. Digamos que aquí teníamos las condiciones pero nos faltaba algún ingrediente, polizón de estas estrellas.
HALLEY, que había dejado un planeta con dos mil millones de individuos atontaos se lo encontraba con más de cinco mil ansiosos por entrevistarle. Debió sentirse como Michael Jackson fuera de Neverland.
Pongo la comparación porque el astro de resplandeciente blancura es un cuerpo negro como el carbón. Acercarse al sol sublima su lomo, desprendiendo gas volátil.
Una vez más las apariencias triunfan.
La Agencia Espacial Europea había lanzado al espacio en julio del ochenta y cinco una diminuta sonda llamada Giotto, en honor al pintor del fresco “Adoración de los magos” donde se ve claramente sobre el Portal una Estrella de cola. Es probable que el artista tomara de modelo a HALLEY pues pudo verlo a su paso en 1301.
Cuando la sonda emitió las primeras imágenes los científicos rugieron emocionados, por fin iban a conocer al puntual visitante a fondo. De pronto, una partícula del cometa la golpeó desestabilizándola. Ante el asombro general el pequeño artilugio se recompuso y cumplió su misión.
HALLEY recorre un “ciclo corto” por lo que cualquier humano que planee adecuadamente su nacimiento puede llegar a verlo hasta dos veces en su vida.
Originariamente su órbita era larga pero fue secuestrado por la atracción gravitatoria de los Gigantes Gaseosos quedando atrapado en el interior de nuestro Sistema Solar.
Parece historia de piratas siderales.
En cuanto a los ciudadanos de a pie no logramos verlo. Ese año las posiciones relativas Sol/ Tierra / Cometa fueron desfavorables siendo además su situación respecto al horizonte muy baja, quedó vedado por cualquier obstáculo.
Yo esperaba ansiosa aquel 1986, espoleada la imaginación por lo que me contaba mi abuela desde niña.
Ella, que no lo vio por miedo, lo describía como si hubiese subido a Gibralfaro, y puesto de puntillas para tocarlo. Yo no lo pude ver por pudoroso.
Alberti dijo en una lectura de “Retornos del cometa HALLEY” que en 2061 volvería cabalgando sobre él.
“Yo soy tu cola, tu incendiado núcleo.
Tú ya eras yo cuando te apareciste.
Como tú, llegados desde los más remotos infinitos...”.
Nada más eterno que las palabras de un poeta.
D. W.
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