lunes, 13 de abril de 2020

TRES COLORES

 TRES COLORES
Leí, no recuerdo donde, que en tiempos en el que izar la bandera republicana se pagaba con la vida se usaba como treta el tender la ropa lavada agrupada en su orden de colores.
El rojo fue tabú durante mucho tiempo, a Franco le daba alergia,  pero no se podía poner objeción a la falda de un traje regional, por ejemplo.
Ni al babero amarillo del chiquillo ni a la blusa morada de medio luto.
Así, en algún balcón amanecía a veces la bandera republicana, destazada pero reconocible, durante breve tiempo.
También se usaba el lenguaje de las flores. Geranios, claveles y petunias pregonaban con inocencia el deseo de la emancipación del pueblo.
Porque la Libertad no necesita blasón en tiempos pródigos pero sí en los difíciles donde comunicarse con señales o suspiros diferenciaba la vida de la muerte.
Necesitamos de los símbolos, inimaginable es un país sin su bandera y utópico el que todos pasemos bajo la misma como jurandos de la Humanidad en mayúsculas.
No mientras unos se crean superiores a otros estando hechos del mismo material, véase cómo nos hiere y mata un microscópico enemigo daltónico.
Patriota es el que mira por el paisano y el paisaje, quien alardea  dándose golpes de pecho avalado por cualquier religión, convencido de que “lo suyo” es lo mejor es un patriotero.
En el ochenta y nueve aniversario de la República por cuya defensa de ideales en igualdad murieron tantos españoles izo en mi muro sus tonos.
En este año del confinamiento con más bríos que nunca:
¡Salud!.
D. W.    (M 14A 2020). 


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