viernes, 13 de marzo de 2020

LOS IDUS DE MARZO

IDUS DE MARZO
Suena el clinck del wasaps, es mi hija que vive y trabaja en el centro:
_”Mama que tó está vacío”.
_”No hay nadie en la calle. Que guay la ciudad así!”.
_”Niña que esto es serio, anda y vete a la casa”.
Me dice que ha salido a comprar, que tiene nevera y armarios caninos. Muchos de sus compañeros están tele trabajando, ella y los demás no creen que tarden en imitarlos.
Mi hijo desde otra provincia cuenta que los súpers están arranblaos.
Ninguno de dos entiende la agonía de la gente por acaparar.
_”Si llega a ser la peste nos matamos vivos” teclea.
_”Pues si, hijo, si”, admito.
Pienso en los que viven de su trabajo “del día” en los niños cuya única comida caliente es la del cole, en aquellos que carecen ya no de colchón sino cojín para sobrevivir el tiempo que dure la cuarentena.
No todos tienen casa con despensa surtida para resistir, ¿qué será de esas personas?, doy gracias que sea solo un virus de resfriado pues muy probablemente caeremos casi todos.
No solo se ceba con los débiles de cuerpo sino que está destrozando a los enclenques de cartera. 
Los chinos que tanta gracia nos hacían han construido hospitales solo para esta enfermedad. Y nosotros “carpe diem” como buenos latinos, olvidando la continuación “no te fíes del mañana”. 
Imagino a los médicos en el brete de sortear mascarillas, decidir  a quien enchufan el último respirador y otorgan la postrera camilla. 
Saldremos de esta porque el bicho solo es porculero pero igual de pardillos y egoístas que entramos.
 Al tiempo.
D. W. 

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