TODO CALCULADO
Dice internet que el día más triste del año es el tercer lunes de enero. Han escogido el día chungo per se, el mes post jarana y unas serie de factores para componer la ecuación.
Clic Arnall, un psicólogo con alma de matemático lo planteó así:
1/8C+(D-d). 3/8xTl Mn x Na
No había visto nada parecido desde que el banco me tasó la casa para la hipoteca. Y me habré comido algún signo.
C= clima, D= deudas, d= dinero que (no) queda, T= tiempo transcurrido desde la última juerga , I= yodo y periodo que se sostiene un propósito, M= motivación, Na= sodio y necesidad de actuar para realizar el cambio.
Resolviendo: tres semanas tardarnos en volver de Navilandia y caer en la cuenta de que los nuevos propósitos languidecen.
Lo que es buscarle las vueltas a la X de Xmas.
Me rebelo. ¡Cuando “ellos” digan voy yo a estar mohína!.
Nada peor que la marcha de la salud que te impide continuar ganándote la vida y disfrutarla. O la visita de la muerte.
Ninguna cosa lleva más al llanto que una barriga vacía, el frío sin techado y la lluvia al otro lado del cristal, donde no existen sofás ni mantitas.
Trabajar doce horas, no ver a tus hijos y encima no poder pagarles la ortodoncia si que es penar. Lo demás son polladas de un primer mundo lleno de Piterpanes.
Parecemos niños caprichosos que necesitan estímulos continuos para no aburrirse, dígase comida extravagante, sexo con sombras o bolitas de colores.
Muchos hacen de la Navidad su Shangri-La. Vivirían en ella eternamente como dentro de esas bolas de cristal con nieve de mentira pero sin que nadie los agite. Salir a la luz de la realidad les supone desintegrarse como vampiros.
Se acabaron las Christmas y habrá llantera hasta Semana Santa.
Internet para compensar nos surte subiendo vídeos de caídas.
Al humano nada hace más feliz que ver jodido a un semejante.
Dela Uvedoble
*Este relato fue publicado por la revista “EL OBSERVADOR” el viernes 17 de enero de 2020.
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