lunes, 16 de diciembre de 2019

OBSESIÓN

OBSESIÓN 
Durante cuatro años la estuvo espiando.
Le subyugaba su elegancia, la armonía de sus aires, el níveo resplandor que la distinguía de las demás.
El deseo horadó como un ácido su corazón de piedra, creando en él la necesidad de la posesión absoluta.
Esto para una mente simple y egoísta significa goce y destrucción, para que nadie nunca más pueda admirar el sujeto deseado. 
El perseguidor disfruta acorralando, creando terror, imponiéndose a su víctima por la fuerza. Sus leyes son las del mas fuerte, libertad solo para ellos.
Mil quinientos días esperó el obseso para abatir la perdiz de alas blancas matándola cuando quiso reposar un rato fuera de su bandada, reflexionando sobre rumbos y rutas.
Las aves son inteligentes, mucho más que el asesino al que burló tanto tiempo escapando hábilmente. Le descerrajó la bellísima cabeza después de acorralarla en cerrado. Una hazaña canallesca.
Pensé en las mujeres violadas y muertas por hombres iguales a este cazador. La misma táctica, idéntica maldad.
No encuentro diferencia.
Asesinos todos.
D. W. 

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