CÍRCULOS
“Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente...”
Los versos de Violeta se desgranaban en la casete una y otra vez con la voz de Rosa. A esa edad se coreaban por ser hermosos.
En la madurez se perciben luminosos y proféticos.
Mayoría de edad, primera Nochevieja tan nueva como la libertad novata.
A estrenar perfume, tacones y el primigenio amanecer fuera de casa, reflejado en el mar. Una cenicienta libre de encantamiento, con permiso para trasnochar.
Iniciáticos amores, libaciones de champán en la cena inexcusable de cotillón incluido. Ni esperar a tomar las uvas, pasar de un año a otro haciendo el amor, con la sorpresa de tocar otro cuerpo en la misma cama extraña.
Desayunar chocolate y churros para cuatro entre dos, hambrientos una vez satisfechos, limpiándose los labios mutuamente a besos.
El flujo de la vida sigue. Siempre habrá quien tenga diecisiete nocheviejas y empiece a contarlas hoy.
La vida es una anguila escurridiza que se muerde la cola.
D. W.
Buena reflexión. Porque los diecisiete sigan siendo primavera año tras año. Un abrazo y feliz año nuevo
ResponderEliminarSiempre diecisiete. Otro abrazo y buen año!.
Eliminar¡Y que bien sentaba la libertad en esos tiempos en que era un bien escaso!
ResponderEliminarAmanecer con churros o con playa y mar, era un milagro de la vida...
Nunca fuimos tan libres como entonces. Luego todo han sido imitaciones.
Feliz año, feliz vida
Entonces la libertad era un bien escaso y se saboreaba con remordimiento y cierta culpa. Yo prefiero estos tiempos de mi hija, pero a cada cual lo que nos toca.
Eliminar¡Feliz vida, Bruji!.